La idea que he tenido desde hace ya unos años es producir energía a través de la presión que ejercen los cuerpos de los humanos sobre las superficies dentro de los hogares. Me explico: cada vez que caminamos sobre el piso de nuestras casas, apartamentos, etc. estamos generando fuerza sobre dichas superficies, y esa fuerza puede ser traducida en energía. Si -usemos por unos segundos nuestra imaginación- sobre toda la superficie del suelo de nuestros hogares existieran módulos que, cada vez que pisemos uno de ellos, absorbieran la fuerza que nuestros cuerpos (gracias a la fuerza de la gravedad) ejercen sobre ellos, podríamos almacenar una buena cantidad de energía. Si dichos dispositivos se encuentran también en nuestras camas, sillas, sillones y sofás esta cantidad puede multiplicarse de buena forma.
Las posibilidades técnicas para realizar este proyecto varían según el presupuesto, naturalmente, y el estado del arte de dispositivos de almacenamiento de energía. La complejidad aumenta si pensamos que estos dispositivos deben estar conectados a todo el hogar para suministrar la energía donde se requiera (luces, televisor, cargadores, agua caliente, estufa, etc.).
Acuérdate que nos tenemos que graduar algún día. Ojo con los límites. Faltan categorías, trabajo etnográfico y ahora bibliografía.
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